miércoles, 16 de marzo de 2011

DE UTOPÍAS Y "COSICAS"

Nada peor que la desconfianza, nada más triste que la desilusión, nada más destructivo que la desesperanza, nada más conformista que la falta de utopía.

En los últimos meses, en el contexto del “tijeretazo” del gobierno regional (más bien hachazo que ha devenido en un meter los bajos), han circulado por la red mensajes continuos de críticas a los representantes políticos, y el día 11 se organizó una manifestación en varias ciudades con discutible éxito. Bajo el lema de “revolución social ya” se anima a la ciudadanía a rebelarse contra los que ostentan nuestra representación.

Si en otros tiempos fueron los políticos los que lucharon por la democracia, ahora parecen ser ellos el mayor obstáculo, y la mayor crítica va dirigida contra lo que muchos consideran privilegios de lo que se ha dado en llamar “casta política”, sobre todo en cuestiones económicas.

De todas formas, con ser esto grave, me parece peor el que con sus prácticas han generado la desconfianza en aquellos que deberíamos sentirnos representados, y ese recelo abarca a todos: ya nadie se cree lo que se dice en las campañas y nos suena a que quieren vendernos la moto para seguir en el cargo.

Me parece peor la desilusión que han generado en una sociedad necesitada de incentivos y luces para salir del agujero en el que nos encontramos.

Me parece mucho peor que la desilusión conduce a la desesperanza, y ésta al desánimo y al derrotismo y éste al sinsentido.

Pero lo peor de lo peor es la falta de utopía: permanecen enredados en “cosicas”, en la casuística de pequeños asuntos, de nimias denuncias, de insignificantes proyectos pero, eso sí, muy vistosos, de si tú me has dicho esto o aquello.

¿Quién hay que merezca nuestra confianza?, ¿quién ofrece hoy un proyecto ilusionante?, ¿quién nos transmitirá un atisbo de esperanza?, ¿quién, por encima de la maquinaria de los partidos, mantiene intacta la utopía para saber a dónde se dirige y no perderse en “cosicas”?

¿Hay alguien al otro lado?

2 comentarios:

  1. En dónde están los profetas
    que en otros tiempos nos dieron
    las esperanzas y fuerzas para amar.

    La historia se repite una y otra vez.

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  2. Una persona realmente sana, comprometida y justa no accede a un cargo político de alguna relevancia, ya que aunque lo intentase, en el camino tendría que lidiar con tanta hipocresía, intereses propios y mentiras como casas, que terminaría dejándolo. Así luego pasa lo que pasa¡¡¡
    PD: Puede que haya alguna excepción...espero vamos....

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