miércoles, 23 de marzo de 2011

LÁZARO, SAL FUERA. YA TENEMOS CANDIDATO

Así gritó Jesús a su difunto amigo Lázaro cuando, después de tres días sepultado y oliendo a carne muerta, fue sacado del Seol para ver de nuevo la luz del día.

Nuestro alcalde, haciendo honor a su nombre, y siendo persona obediente, le dijeron “sal fuera” y salió, dejó la marmolada sede con persianas siempre abajo de color azul, como el cielo en el que revolotean las gaviotas. Claro, no era para menos. Quien le dio la orden lo hizo en tono enérgico, y con el carácter que tiene, cualquiera le dice que no…

Pero luego lo pensó y se dijo, “yo en la calle, lejos de mis gaviotas preferidas, condenado al ostracismo, a vagar de aquí para allá llamando a puertas que no se abren, destinado al silencio del olvido…” Y cogió a sus fieles que le aman en proporción a los años que están en la política y lo sacaron de la sepultura, y de nuevo le dijeron “Lázaro, sal fuera”, pero ahora es para emerger del abismo y saltar de nuevo a la palestra electoral.

¿Volverá con ilusiones renovadas por servir al pueblo? ¿traerá nuevos proyectos que animen a los ciudadanos? ¿estará por el contrario satisfecho de mantenerse en el cargo por lo que ello conlleva y lo que ello le evita?

¿Y si vuelve a la carga la persona que le dijo al principio “sal fuera”?  ¿Se conformará con que la foto del revivido candidato cuelgue en todos las farolas del pueblo mientras que su pendón decae raído y ajado por el fragor de la batalla perdida?

La solución, en próximos capítulos.

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