domingo, 19 de junio de 2011

LOS EXPERIMENTOS, CON GASEOSA


Cuando Nicolás Copérnico escribe en el siglo XVI su De Revolutionibus Orbium Coelestium, todavía impera en la filosofía y en la astronomía el modelo geocéntrico aristotélico-ptolemaico.  La nueva teoría heliocéntrica viene a substituir la vieja estructura. A base de no poder explicar los movimientos del sol, de las estrellas y de los “errantes” la teoría geocéntrica se había ido complicando hasta el extremo con epiciclos: todo para no sacar a la Tierra del centro del universo. Pero con tantos parches la teoría deja de ser útil y se necesita un nuevo “paradigma”, un cambio de perspectiva, el “giro copernicano”.

Algo parecido puede suceder a nuestro sistema educativo. El modelo LOGSE, que es el que aún impera, se ha ido modificando desde el principio, incluso antes de haberse implantado en su totalidad. Ha recibido parches sin cuento: primero todos iban a obtener el título de ESO, después, como se ve que no, hay que buscar líneas alternativas pero a partir de los 16 años, después basta con 15 y se puede volver al sistema de la ESO y “titular”, más adelante los grupos de “refuerzo curricular”, los PCPI, los grupos flexibles. Esto de los “grupos flexibles” es un eufemismo de los grupos de diferentes niveles y ritmos de aprendizaje. Luego el PROA, los apoyos, la diversificación, etc.

Cada vez más parches, como los epiciclos del modelo heliocéntrico. Y cada vez más niños y niñas de 12 y 13 años con “orfidales” en la mochila.

El último parche que ha ideado el eterno Rubalcaba, que ya en 1988 fue nombrado Secretario de Estado de Educación, y entre 1992 y 1993 fue nombrado ministro de Educación y Ciencia, tiene que ver probablemente con “más de lo mismo”, pero ahora parece que el problema es la formación del profesorado. Ahora se le ha ocurrido hacer un MIR pero de profesores. Un nuevo experimento. Si primero han sido los jóvenes los conejillos de indias, ahora lo van a ser los docentes, o mejor, lo vienen siendo.

En los últimos 20 años los docentes han tenido que estudiar hasta cuatro temarios diferentes. Personas que hayan tardado 5 años, por ejemplo, en sacar la plaza, o que sigan de interinos, han tenido que estudiar legislaciones distintas, formas de programar, tipos de exámenes, criterios de selección, …, totalmente cambiados.

Yo creo que ya está bien. Se necesita un nuevo sistema, esta vez consensuado y que sea definitivo por lo menos para los próximos 20 años. Hay que dejarse los experimentos para hacerlos con gaseosa. En vez de exponer ocurrencias, se debería empezar por un debate nacional en el que pudiéramos participar todos y dejarnos de “iluminados” pedagogos de laboratorio.

Pero mucho me temo que esto es predicar en el desierto, porque ya aparece el tema de la educación para la campaña como elemento arrojadizo, y ya tenemos a la “cla” de aquellos socialistas que aplauden todo lo que hagan los superiores. Lo mismo hicieron con Zapatero y mira dónde estamos: más cerca que nunca de la refundación del PSOE. Un poco de sentido crítico, por favor, y los experimentos, con gaseosa.

miércoles, 15 de junio de 2011

¿QUIÉN NOS SACARÁ DE LA CRISIS?

El rumbo que lleva la crisis económica amenaza con llevarse por delante la estabilidad y la tranquilidad económica de muchas familias. A algunas ya las ha dejado en la cuneta tiradas en el subsuelo de la necesidad y del contenedor-despensa.

Eso es una crisis: personas con nombres y apellidos que lo pasan mal. Y en España, cada vez más. Pero para que las situaciones concretas se arreglen, hay que crear un marco económico y productivo adecuado para que vaya generándose actividad económica y eso nos lleve a la creación de empleo.

Pero los que tienen el dinero no suelen invertirlo si no tienen seguridad de  que van a ganar: los ricos son así de egoístas, en eso se parecen a los que no lo somos.

Nuestro tejido productivo genera pocas plusvalías, lo que hace que los márgenes empresariales sean reducidos y los salarios escasos, y si suben los salarios estamos expuestos a la deslocalización y al paro.

Está claro que habiendo caído la producción y el empleo, también se han reducido los ingresos del estado. No es sólo que los diferentes gobiernos en los distintos niveles de la administración hayan malgastado, que también, porque podían haber empezado a recortar antes de que llegara el grueso de la crisis, sino que ante el descenso radical de los ingresos se hace imposible pagar las deudas contraídas.

Ante una situación como ésta la credibilidad política es algo imprescindible, y está claro que España carece de ella. Nuestra crisis tiene como agravante el que nuestro actual gobierno no tiene crédito, ni siquiera  para los propios militantes del Partido Socialista, a lo que hay que añadir que la alternativa de la derecha alcanzará el poder más por ganas infinitas de que se vaya Zapatero que por el deseo de que entre Rajoy.

Sin embargo, ninguno de los dos partidos parece convencido de llevar a cabo las reformas que necesitamos, algunas de las cuales las ha recogido el movimiento de Democracia Real Ya. 

Pero eso lo escribiré en la siguiente entrega, pues creo que tenemos tiempo de hablar del tema antes de que acabe la crisis.

Mientras tanto, los del nombre y apellidos siguen intranquilos.