Este año que entra y
aprovechando que se acercan los Magos de Oriente (que no eran reyes, sino
magos, y así lo dice el evangelio de San Mateo), quiero expresar mis deseos y
quiero pedirles a ellos y al 2012 un cambio radical, para mí, para ti y para
todos.
Para el narciso, un espejo
retrovisor.
Para el de baja autoestima,
una palmada en la espalda.
Para el ególatra, un día al
pie del Everest.
Para el idólatra, la cara del
ególatra mirando a la cumbre del Everest.
Para el egoísta, una colección
de videos de Manos Unidas.
Para el altruista, una ración
doble de fe y voluntad.
Para el codicioso, unos días
repartiendo comida en Cáritas.
Para el desprendido, riquezas
para repartir.
Para el engreído, una foto
suya en el aseo.
Para el despreciado, un
aplauso sincero.
Para el de derechas, una
inyección de justicia.
Para el de izquierdas, una
pastilla de libertad.
Para el triste, un millón de
sonrisas.
Para el alegre, un triste al
que sonreír.
Para el que está solo, un
único amigo.
Para el famoso, un rato de
soledad.
Para el político, un 15-M.
Para el 15-M, más democracia.
Para el agnóstico, valor.
Para el ateo, esperanza.
Para el creyente, fuerza para
transmitir la esperanza.
Para los pobres, lo mismo que
para los ricos: igualdad.
Para ti, que lees esto, un
fuerte abrazo.
Para mí, un poco de todo.
FELIZ AÑO NUEVO
Dicen los Magos, que tengas cuidado con lo que pides porque te lo vamos a conceder. Así que felicidades ya es tuyo. Y Ojalá todos pidieran lo mismo.
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