viernes, 8 de febrero de 2013

OPERACIÓN CAMBIO DE GOBIERNO

La situación del gobierno de la nación es crítica, y va a ir a peor. Las andanadas que les está enviando Esperanza Aguirre van directas a la línea de flotación. Abandonó la flota justo en el momento en el que se le puso enfrente Rajoy, aunque la verdad es que de los líos internos del PP no sé nada. Por no saber no sé de los de mi partido.

Ahora Aguirre desembarca enarbolando en una mano el pabellón anticorrupción de su partido y en la otra, el de la regeneración de la democracia: pide que cese la partitocracia, que se le devuelva el poder al pueblo, que la política deje de ser una profesión y listas abiertas. ¿Alquien dice que no a estas tesis?

Enfrente tiene a un Mariano Rajoy que cree que la mejor manera de salvar la flota es ponerla a buen recaudo en una ensenada, vararla en aguas mansas y esperar que pase el temporal. Sin embargo, la operación de hundir la flota está en marcha. En ella se han conjurado varios medios de comunicación que empiezan a abrir brechas en la tripulación. Intereconomía dispara con bala contra Rajoy, y cuando este medio cuya versión escrita es la Gaceta, digna heredera de El Alcázar, tira a dar, es porque ya tienen una persona para sustituir al Presidente y a su gobierno: se trata de extirpar el miembro enfermo para salvar el cuerpo.

Mientras tanto, la oposición socialista mira el partido de tenis volviendo la cara a un lado y a otro, pero sin entrar en juego. Ya se han encargado quienes están en esta operación de inmovilizarlos recordándoles día sí, día no, los ERES de Andalucía. Así que el PSOE un día reprocha la corrupción, y otro mira para otro lado.

Ahora falta saber cómo se hará el relevo sin pasar por las urnas, porque hacer elecciones no interesa a nadie. No interesa al gobierno, porque perdería después de la política que ha perpetrado desde que entró; no interesa a la oposición porque no quiere revalidar otro fracaso que acabaría, no sólo con la cúpula, sino con el partido.

La moción de censura no creo que sea: para ello se necesitaría que la oposición la presentara y tendría que conseguir PP-diputados traidores pero sería para poner a otro del PP.

Probablemente obliguen a Rajoy a plantear una Cuestión de Confianza. De esa manera los diputados contrarios a Rajoy se presentarían como adalides de la lucha contra la corrupción y forzarían a la oposición a votar en contra. Obligarían a la dimisión del Presidente y se abrirían consultas con el Rey para nombrar uno o una nueva.


¿Quién será? Apuesto por Núñez Feijoo. Esperanza Aguirre se ha posicionado en el extremo disparando a discreción y con ello no ha concitado los apoyos del partido. Sin embargo, Núñez Feijoo ha expresado su lealtad a Rajoy, que es como todo el mundo sabe el aviso de que va a por él. Es un presidente autonómico que ha ganado hace muy poco por mayoría absoluta sin sufrir desgaste por la crisis y está apoyado por el fuego de cobertura que Aguirre lanza sin cesar contra Rajoy y su gobierno.

Elegido presidente, conjurado el problema de la corrupción, sólo les queda esperar que la crisis remita. Entre tanto, pasarán los años y llegarán a las próximas elecciones como salvadores de la crisis y regeneradores de la democracia.

¿Y la oposición? Haga lo que haga, se les volverá en contra. Ya se les ha adelantado Aguirre en el discurso regeneracionista, y los ERES colearán por entregas hasta las próximas elecciones autonómicas, que será cuando los jueces se pongan nuevamente en marcha y no como con el PP, que lo han hecho en un momento electoralmente neutro.


En una próxima entrada diré lo que creo que debe hacer la oposición, aunque no creo que estén interesados en lo que diga un pringao como yo. Por intentarlo que no quede.

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